Género y espacio público : el acoso sexual callejero como muestra de hombría
Abstract
El objetivo general de este artículo es identificar cómo se desarrolla el acoso sexual callejero (ASC) en la avenida Abancay. Para ello, se establecieron objetivos específicos como a) conocer el discurso del acosador sexual callejero y b) clasificar las expresiones verbales y no verbales del ASC. En ese contexto, se analizó cómo se producen las interacciones personales en el espacio público, y se incorporó un enfoque de género y masculinidad. La investigación se desarrolló en la avenida Abancay, conocida por ser uno de los lugares de mayor comercio en el centro de Lima, por lo que existe un tránsito peatonal continuo de hombres y mujeres jóvenes, y de diversos sectores económicos (Lazarte, 2015). Esta zona fue identificada como uno de los lugares donde las mujeres son víctimas de ASC, según los mensajes que recibía la Asociación Apala. De acuerdo con una encuesta realizada por el Instituto de Opinión Pública de la PUCP (2016), la incidencia del ASC es mayor en las grandes ciudades y afecta, principalmente, a las mujeres jóvenes. En el país, 7 de cada 10 mujeres de 18 a 29 años han sido víctimas de ASC en los últimos seis meses. Con estos datos generales, queda claro que el ASC es un problema importante donde hombres y mujeres cumplen roles distintos. El reconocimiento del ASC como un problema social debe incluir el análisis de que no todas las mujeres y niñas pueden ser acosadas de igual manera. Variables fundamentales, como clase, étnica y expresión sexual, sitúan a
la diversidad de mujeres en diferentes relaciones de jerarquía (Bastomski y Smith, 2017). Lo mismo sucede en el caso de los hombres: depende de cómo sus privilegios, socialización e identidad de género interactúen para que tomen una posición dentro del ASC, ser un acosador o no. Entre los principales hallazgos de esta investigación se encuentran que el espacio público está legitimado como un espacio para hombres, quienes consideran que el acoso es una manifestación más de su hombría. El ASC es una costumbre adquirida y reafirmada por cada acosador a lo
largo de su vida, lo que dificulta identificar estos hechos como violencia, en especial porque no consideran que estos actos tengan consecuencias para las víctimas ni para ellos.