Acerca de la magnitud de la inequidad en salud en el Perú
Abstract
El análisis presentado en este documento muestra que la magnitud de las inequidades en salud y en la utilización de servicios de salud en el Perú es muy grande, aun para un país con el nivel de desarrollo del Perú. En consecuencia, se plantea que dichas inequidades deben ser abordadas de manera urgente por investigadores y diseñadores de política, tomando en cuenta que la literatura internacional establece cada vez con mayor contundencia que el crecimiento económico no es suficiente para lograr tal objetivo. La contribución del análisis empírico incluido en este documento al abordaje de la inequidad en salud y en los servicios relacionados con ella tiene dos componentes fundamentales. En primer lugar, se analiza la robustez de los resultados presentados en Gwatkin et al. (2000), agregando indicadores de salud y utilizando un indicador alternativo (IA-BM versus GPRED) del nivel socioeconómico (NSE) de los hogares. En segundo lugar, la estimación de un modelo multivariado para el nivel nutricional de los niños y la mortalidad infantil permite calcular el efecto directo del ingreso o los recursos, luego de controlar por otras características de los niños, la madre, la vivienda y el distrito. El análisis de las inequidades en salud y en la utilización de servicios de salud considera una variedad importante de indicadores. El análisis descriptivo establece que la mayor inequidad se da en la desnutrición crónica infantil y en la utilización de los servicios de salud, en general. Treinta por ciento de los niños rurales del decil más pobre sufren de desnutrición crónica, pero esa tasa es de sólo 4% entre los del decil más rico. Es decir, el ratio pobre-rico es de 7,8. En áreas rurales, ese ratio es de sólo 3,6, pero ello es reflejo de una peor condición generalizada, donde la tasa de desnutrición entre los niños más pobres llega a 64%. Por otro lado, la atención médica durante el parto muestra una relación opuesta, donde el ratio rico-pobre en áreas rurales llega a ser 17,2, y menos de 4% de las mujeres rurales más pobres tienen a un doctor presente en el momento del parto. Este ratio cae a poco más de 2 en zonas urbanas, y casi 50% de las mujeres del decil más pobre acceden a ese tipo de atención. Estos resultados no cambian con el indicador de NSE utilizado, salvo en el caso de la mortalidad infantil, donde un resultado sorprendente es el hecho de que no se encuentra una relación demasiado contundente con el NSE del hogar, especialmente en áreas rurales, y cuando se utiliza el GPRED como indicador de NSE. Se plantea como hipótesis que la relativamente baja tasa de mortalidad infantil prevalente en el Perú (43 por mil según la ENDES 96) dificulta las posibilidades de realizar análisis más profundos con el marco muestral de la ENDES, especialmente si queremos desagregar simultáneamente por NSE y ámbito (urbano/rural).